domingo, 2 de marzo de 2014

La provincia natal de Arné

Ella no sabe que no cae.

En la oscuridad vacía de su ser entero
yace una lagrima
que sacude sus alas desperezándose,
la mira desde dentro de su alma monocorde
con el rabillo de su ojo-esófago,
nutriente vil de la dieta absurda.

Nadea entre infinitos de los más diversos tamaños
ejemplificando imposibles con los dedos de las manos
y mutilando cadáveres insectivoros
moldeados con aire hirviente importado desde confines remotos

El Conde deja caer dos gotas de sangre dentro de sus ojos
pero sus pupilas no se dilatan... 

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