La calle del entresolado vidrioso
dispara carne viva envuelta en la salitre
de los consejeros de ojos de plomo.

Experiencia laboral

Sacrificados en Nombre de Marduk
deambulamos idos entre risas secas
goteantes alambiques de angustia
oxigenada de trivia entre tus dientes rotos.
La parafernalia de las calles divergentes
no puede acumular la rabia de los alienados
sin restablecer una calma explosiva,
simple cuchillo nuclear de la muerte y la mañana.

En caleidoscopio con que contemplo mi odio
hoy refleja el Sol.

A veces la columna avanza

sobre el dolor de sus abismos

Y logra lastimar las hendiduras

de los modales simples.

Y no logra decir no. 

Erase una vez...

La caldera primitiva de la bestia
hierve en el campo de lo inútil.
Esa sensación de parabrisas estallando
en el fondo de tu retina dudosa
es la aglomeración de puntos infinitos
en la quijada de un arcángel ausente.
"No debí seguir al anciano de la capucha incendiada
ni despegarme la sangre del viento
con las lagrimas de la tierra muerta"

Cantábamos silencios en los albores de diciembre.

Wendy & Lucy

Ella tenía la carne como la luz de las hormigas,

dormía en cuclillas entre las llamas de un tren de ensueño

Como no sabía los colores de la garganta de Inti

deambulaba de andén en anden descifrando miradas por espejismos

El cachorro susurro a su lado y la nieve se borro entre las espinas. 

Metafísica de las Costumbres

¿Cómo se hace substancia la luz de su poesía?

¿Cómo se muestra la desolación de una tarde despejada?

Quizás no vea nunca el grito de la fiera

Pero su encanto trastorna la paciencia del fuego

Una lengua que se derrite
debajo de la luna
el hielo

Una pequeña proeza
la resistencia de un muerto
a la asfixia mundana

Ensoñación Inadaptada

Ayer oí como bombardeaban

Mi cerebro de imágenes hirvientes

Aniquilando el resto de amor

Que me empapaba el rostro.

Una cárcel puede ser infinita

Y conservar el sabor a encierro

En cada palmo de odio que la recubre.

Nadie conoce el sabor

De las sombras circulares. 

Diciembre distopico

Sera el verano de la sangre reseca.
Cuando las alumnas desembarquen en el hastió
de las sombras sabias
tendremos sequía en las ciénagas
y controlaremos a los asnos
con esfinteres de terciopelo electrificado
a base de pesadillas en gotas.

Diluir tensiones en tu carne
silencia las esperanzas de un fantasma con hombros estrechos.

Ya nadie canta mi canción de cuna.

Quizas te encuentre
pasmada tras un espejo gelido
gris de desuso y miseria en remolino,
y liquidare las cuentas oxidadas
y te repatriare y
cuando te encuentre no voy a tratarte como a una dama
poesía te voy a tratar como se merece una de tu especie
amante inaudita y sabía, descorazonada ebria de belleza
en lupanares de Bukowski,
te voy a mostrar como se respeta a un herido
por el fuego del odio,
por la lagrima despreciada una calificación.
Te voy a enseñar poesía a tragar el barro
de tu belleza y perfección
a desnudarte de toda gramatica y pretensión detallista
o ritmica,
en un orgasmo te voy a arrodilar frente a mí
para que me desprecies y nunca
más deshijes el viento

Creo que el riesgo de tomar el río
por las astas implica la muerte secreta
de las sirenas diurnas.

 No recuerdo
en que momento previo a su muerte
intuí la importancia del orden en
el silencio de sus ojos y tranquilice
a la jauría que destripa al Ser.

quizás fue el sol que carcomió
tus parpados, hinchados de luz ultravioleta,
y por eso ignoraste al gusano
que lavo tus heridas en silencio

Ojala tuviese un poco de heroína entre las sabanas
hormigueando cerca de mi antebrazo
tratando de enmascarar la humanidad que implosiona
entre los dedos callosos de dios.

¿Acaso es el tiempo
solo esta suma atroz
de misantropía y caos,
de azar cuajado al lado de selvas
incorruptibles de dolor y miedo?

La vuelta de las arañas se asemeja
al avión que se desgrana lentamente
sobre el ala de una mariposa japonesa.

Karmageddon

La caída de los aviadores
agilizo el paso a través de tu garganta
de todas las enfermedades del insomnio.
No hay más remedio que el de desollar,
entre el dolor y el hastío,
las tiernas corneas de los arcángeles
que cayeron muertos en un descuido de dios.

Introempatia

Te oigo
entre los velos de la sangre
y de la espesa vegetación de muerte
yo te oigo
y me arranco la garganta entre
infames gusanos de mil ojos que devoran miedo.

Cuajando las culturas con gotas de infamia
me desmayo entre la cera de un delito prehistórico
y lo terrible
es que te oigo.

Poema desde un Quasar

La cabeza besando a la Rosa de terciopelo

Inclinada, sumisa, con la inclemencia de los días

Grabada sobre el incoloro fuego de su pecho.

Trastabilla el alma al desembarazarse de la bestia

Y oculta la belleza de la aniquilación detonante

Sobre la dadiva del exiliado.

Una sombra puede explicar el universo

Pero carece del coraje para amansarlo. 

Baile alrededor de la Bondad

Desembarca en la enfermedad
una horrenda anciana cabizbaja
que escupe lagrimas como cristales
en la frente de Dios.

Desquebrajada su voz inunda
de savia blanda la montaña
adquiriendo un tono gris de hormigueo
encriptado sobre la nebulosa.

¿Cómo se expresa el desaliño
de una duna en medio un planeta extraño?

¿Cómo explicar que en su desengaño
la lagrima exploto desde la altura,
tiñendo de sal el sueño de los búhos?

Tu cara desgarrada se aparece ante mi espejo

En la insospechada blancura de la noche.

Tus ojos sedientos entre jirones de sangre seca

Contemplan la muerte de mis ecos sobre el papel de la humanidad

No ves que el viento loco se paralizo?

Que las fuentes del espíritu se secaron sobre la piel de un anciano muerto?

Si te invito a saltar en movimiento

Quizás  el respeto no se ejecute del todo

Klavs

Ríos de sangre mala se borraron en pocas horas.

Las cargas de los asnos se desinflaron

Como azulejos atravesados por  pétalos de bruma.

En el día de la cascara del sol, atropellando la desesperación

Con abrazos de ciego, el loco deambulaba empapando sombras

Con la sal de sus festejos. Nunca se supo el color secreto

Del espejo que lo devoro. 

Saslam

El Ron
La muerte
Un cerebro hinchado en
la turbina de un avión que se arrodilla.
El amor extrajo todas las sílabas
a la luz de tus pestañas.
Una hormiga se sacrifica
arrojándose al mar

Haiku (creo)

Una mujer en las orillas
Inconsciente enmascara
la muerte del aire

Dream N°1 (Prosa)

Corrí. Corrimos todos desesperados ante la explosión que llego del este. Atónitos, desesperados, farfullando explicaciones que ninguno se creía, asumimos responsabilidades ontológicas que no le corresponden a las personas simples. Ahogamos despacio nuestro llanto, un poco en ginebra, otro poco con la música. Entre solitario a verla traspasando la barrera surreal de la tv de plasma.

Levanto su cabeza y me miró fijamente. “Este sueño te está perturbando demasiado” dijo. Y sus ojos estallaron en microscópicas bolitas de colores.

Buena es la rotura de las ligazones
submarinas que anidan en tu cordura,
templadas y bautizadas por el acero
de la inundada estrella en oporto,
camino desbalanceado sale a tu encuentro
y en su camino oculta la quimera.

El ojo de buey caía en la tiniebla

Y ella no encontraba la sombra exacta para reflejar su soledad.

Partía hacia el encuentro del ensueño

Y mentía el disfrute ajeno en noches de rabia

El dolor de su anécdota no altera el sentido del Cosmos

Pero deja filtrar un hilo purpureo

Ante la solemnidad de los estantes

Claroscuro del óxido en tu vientre,
el exceso de servidumbre funesta
calma la fiebre de la hambruna
y tiñe tus manos repletas de savia.

El ámbar ardiente de tu cáliz cobrizo
ahoga las avispas extasiadas que huyen de mi lengua.

Se hunde el sol en su montaña.

Vuelve a la carga el lobo sediento.

La piel de los naipes en
la noche tísica, desnuda
alegorías de barcos infames y
la vela consumida en despojos
de tormenta de acuarela y sal
corroe espacios fúlgidos
en lechos de niebla.

La docta institutriz de Canaan,

con la simpleza propia de una estirpe extinta,

clama ante un sitial descolorido

por la prudencia y la dicha del adorador de Baal.

Anterior a su ruiseñor de piedra fue el castigo

de un valle encadenado.

El principio que repta en sus paredes

es la abolición de su principio.

Y la mansedumbre de sus miembros calla. 

Estepas

Me impacientan los suburbios de la callosidad
esa impenetrable telaraña de masacres micro-orgasmicas
la tentación de la poesía fácil despotrica en las academias
y me niega el placer complejo de vislumbrar a Dios.
La sutileza que requiere mi arte no la encuentro
ni en pasajes gastados ni en heterodoxias vetustas
(nada con cien años de edad puede ser vanguardia)
En vidas contadas tras un velo de anti-solemnidad
en la crudeza de la primera niebla, allí esta esperando
la poesía a quien la cuente. Sin trajes, despedazada,
temblando en su barquito de papel, busca a un perro
flaco que le de refugio entre las letras.

Argumento para el primer hombre

Las insanas cumbres de tu ocio
lamiendo pesticidas entre adornos muertos
congelando la sangre de sacrificios mundanos

¿Qué valen  cien mil vidas al lado de un trofeo cobrizo?

enriquecen la carne con inmundicia
para dársela a los cazadores en la noche de Babel.

Night tripper

Un salto desesperado hacia el trip,
la cura para tu dolor fue la llaga benigna en la historia de tu arte
el delirio desencajado de Kerouac te perseguía
y compartías cervezas con Auster y Hendrix.
casi se suicida el rock y revive en su mesías de opiacea heterodoxia
encajado en un pantano de acordes, la descarga de mágicos suburbios
detona en la fuente de dichosas armonías.


a Mark Sandman In memorian

La gente que duda

La gente que duda tiene
los parpados del color de la lluvia en el mes de abril
el espejo sepia mueve los labios
desnudándose de palabras impronunciables para la lengua humana


La gente que duda mira abstraída
las gotas de cristal que llueven en mariposas incendiadas
y no soporta la desidia de lo útil
compromiso desvalido de perfumar la nada

La gente que duda es la única
 capaz de mirar humanamente el cuerpo
de los mares.