Optimismo

La carne de presa, negra
hiede como la sonrisa plástica
de los héroes prime time

Camuflaje imperturbable
del horror mundano,
la zona gris del desembarco
lo demuele a golpes con los ojos

Hoy sumo un nuevo fracaso
a la lista interminable
de pequeñas dolencias crónicas
Una nueva clave del temor
cuya sangre brota
en la fuente podrida de los cadáveres
estaquea mi frente
y la señal no pasa desapercibida para los inquisidores
de la superioridad instituida

Luego me preguntan por mi afición a los raticidas...

Quo Vadis?

Todavía no comprendo la lógica de mis cruces
Aventajando la marcha de quienes recitan salmos
aminoro el paso para olvidarme del moebius
insignificante que da rienda suelta a la brutalidad del mundo.

Todavía no consigo saber que fue esa luz al final de la alcantarilla
o aquella otra señal en el fondo profundo del espejo
Un caballero de negro sobre un caballo brutal
que despedía fuego de las sienes
me miro a los lejos y sonrió
con la risa más perfecta
y sentí un chasquido seco en mis huesos

y la luna no salió esa noche.

Carta de amor post-mortem

Ella prefiere un sol que no queme
cuando contempla los pájaros
alzar vuelo en el jardín,
un vuelo rasante que no la despeine
y un golpe suave en su vientre que no duela.

Yo atravieso la jungla
y las espinas me rasgan el rostro,
la censura del valor me arroja lejos
e intento demostrar que las sal no arde
Pero fracaso...