sábado, 22 de octubre de 2011

Prefiero no salir

Cayendo por las entrañas de Moloch, sulfurando elixir de panes de vieja, conjugando verbos imposibles de idiomas inventados. La tenacidad de la bestia se bate a duelo desarraigado con la punta sublime de la belleza y el tenor le grita al cielo por un segundo más de demencia depresiva. Un señuelo de lava ardiente bulle en el dispensar con olor a nafta libia. Moloch quiere una nueva identidad y soborna a los jueces de la injuria con dinero ficticio y ya esta cayendo a las entrañas de Moloch y se devora a si mismo continuamente en un Möebius imposible de deletrear entre aristas de sonámbulo cansado. Una precaria tiniebla de non-sense, una lagartija que se sofoca impúdica y no tienta las lagrimas solares porque sabe que provocan cáncer.. y el señuelo no se derrite. Las voces que ya no vienen y Él, que se niega a amar el Sol, cae arrodillado ante las cuchillas que se desenvainan ardientes dentro de su cadáver. Y es la reina blanca la que se pregunta quien lo soñó todo.

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