La cabeza besando a la Rosa de terciopelo
Inclinada, sumisa, con la inclemencia de los días
Grabada sobre el incoloro fuego de su pecho.
Trastabilla el alma al desembarazarse de la bestia
Y oculta la belleza de la aniquilación detonante
Sobre la dadiva del exiliado.
Una sombra puede explicar el universo
Pero carece del coraje para amansarlo.
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