Todavía no comprendo la lógica de mis cruces
Aventajando la marcha de quienes recitan salmos
aminoro el paso para olvidarme del moebius
insignificante que da rienda suelta a la brutalidad del mundo.
Todavía no consigo saber que fue esa luz al final de la alcantarilla
o aquella otra señal en el fondo profundo del espejo
Un caballero de negro sobre un caballo brutal
que despedía fuego de las sienes
me miro a los lejos y sonrió
con la risa más perfecta
y sentí un chasquido seco en mis huesos
y la luna no salió esa noche.
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